Tengo un espacio en mi repisa esperando tu fotografía, tengo un cuaderno repleto de frases y pensamientos inspirados en ti, tengo un teléfono que no suena porque no llamas, tengo mil palabras esperando ser pronunciadas, tengo a mis labios esperando tus besos, hay muchas noches en vela colmadas de imaginación, tengo dos pares de zapatillas esperando a sus pasadores, tengo ropa que nunca usé, tengo una perra esperando bebés. Tengo los padres más justos, responsables y cariñosos que podrían existir, tengo un montón de sueños, conocer París, Venecia, Londres, por ejemplo, hay tantas cosas por hacer y tantos lugares por conocer, que no creo que sólo una vida alcance… alguna vez me dijeron “Siempre habrá tiempo para conocer cosas bonitas” esa frase hasta el día de hoy, me incentiva y me ayuda a creer.
Y por último, me tengo a mí, esperándote. Y quizás también un camino, esperando por las dos.